Nada



¿Qué me queda hoy de ti?
Un recuerdo de aquella sonrisa radiante,
de aquellos ojos luminosos,
de aquellos labios fríos,
de aquellas manos bellas...
Todo, y a la vez, nada.
¿Qué me queda?
Una dulce y a la vez vana
ilusión...
Un dulce recuerdo de aquella niña
que se alzaba hacia el cielo.
¿Qué me queda?
Pregunto a mi alma herida.
¿Qué me queda?
¿El recuerdo? ¿Una ilusión? ¿Esperanza?
Y todo esto, ¿qué es, qué es?
¿Será tristeza, será locura o... quizás
melancolía?
¡Ah!... Es nada porque todo es locura.

(C) Daniel Chiprian
La luz de noviembre
La luz de mi noviembre

Impregnado de sentimiento, La luz de mi noviembre, del joven poeta rumano español Daniel Chiprian, late en nuestras manos como un pájaro antiguo, como una carta desvaída de violetas, como un río que susurra sin cesar melancolía.

A través de este sencillo volumen Daniel nos lleva por los bosques sagrados del poema y nos conduce por los libros que tienen alma de bosque  y hace que toquemos la fuente de donde mana el sentir.

¿Pertenece a la adolescencia del espíritu ese sentimiento manantial que parece originarnos al arrullo de la pena? ¿En qué momento la vivencia se convierte en letra, la sombra en luz? ¿Cuándo el sufrimiento decide ir a parar a un libro?

Es bueno que ciertas preguntas permanezcan sin respuesta. Porque el misterio también se llama poesía. De entre estas páginas en buena medida bequerianas exhala el perfume de recuerdos que ignorábamos poseer y que son nuestros.

Algo misterioso suscita Daniel en nosotros con la fresca bocanada de su verso, que parece recogido en una gruta de palabra cuya ubicación solo él sabe.

En Daniel Chiprian el poeta no teme la voz del agua viva y soporta la visión del Lenguaje arder entre las zarzas. Cada verso es un golpe para templar a la esperanza con ausencia y desolación, con orfandad y soledad y sed insoportable de amor y correspondencia.

Tus abrazos están vacíos
y estarán aún más mañana...
Cuando llegue el olor a alba,
tus abrazos estarán vacíos,
como un cielo sin astros, negro...

El olor a alba percibido por olfato de fiera o por dolor de hombre. Todo comienza al alba tembloroso de creación y de principio para correr inexorable al otro crepúsculo. Ebrio de ocaso el poema, se orienta a la luz difusa de ese noviembre que reclama como suyo. Hijo de la sombra y del silencio, Daniel Chiprian implora con las manos unidas y fervorosas del verso:

Quiero que no te apagues por el camino,
quiero que sigas para poder llegar
a nuestro destino, porque hoy siguen
esperando con los brazos abiertos
algunas estrellas perdidas.


Nunca la imaginación está más viva que en el universo del poema. Y con la imaginación entera percibimos esas imágenes de la realidad, sean estrellas o abrazos, posibles o imposibles. Muy pronto en la adolescencia del alma conocemos el olvido y la sensación dolorosa de dejar de importar, de ser, de inspirar. Nos olvidan y olvidamos pero solo en el poema acaece, a la luz de su noviembre, el machadiano y misterioso ver con que me miras, como también muy pronto ha descubierto Daniel Chiprian:

Tal vez pueda olvidar mi nombre,
mi casa, mi alma, tal vez pueda olvidar todo,
incluso tu olvido tan callado,
y entonces me verás mirándote.


La luz de mi noviembre








La humanidad aún ama


La humanidad aún ama

Volverán a traernos esperanza en medio del desierto más árido,

No nos detendrán por más que se inclinen nuestras frentes

Con el respeto que siempre tuvimos por las muchachas honestas

Que lloraban esperando dejar atrás la lucha en la que murieron

Tantos hombres. Pudieron matarnos la esperanza, pero seguimos

Caminando y levantaremos la bandera, tal vez en la cima de la

Montaña, tal vez casi apagados nuestros fuegos, tal vez con la fuerza

Que nos mantuvo vivos en la misma circunstancia aterradora…

Somos humanos, aunque pasamos por el desierto más árido

Nuestro fuego y nuestra esperanza jamás perecerán en ningún

Lugar apartado.

Somos humanos nuestra esperanza vive por siempre, tal vez

En la cima de la montaña, tal vez en el valle verde donde vi

Nacer la humanidad entera, allí levantaremos la bandera de

La libertad en la cima de cualquier montaña.

Porque creo que volverán a traernos esperanza.

Porque creo y siento que aún no somos nada.

Porque creo y siento que se unen nuestras almas.

En la montaña más alta o en el valle donde vi nacer la humanidad

Entera.

Volverán a traernos esperanza

Porque creo y siento que la humanidad aún ama.


Daniel Chiprian

21-Septiembre-2013
Presentación de "La luz de mi noviembre", segundo libro de Daniel Chiprian
Luz González Rubín, Daniel Chiprian y Alejandro Fernández González


Fuente: Cultura de Cantabria

El pasado lunes 23 de abril tuvo lugar en la Biblioteca del IES Besaya de Torrelavega el acto de presentación del segundo poemario en español de nuestro alumno Daniel Chiprian, que lleva por título La luz de mi noviembre.

La presentación del segundo poemario de nuestro alumno, el poeta rumano Daniel Chiprian, cuyo segundo poemario lleva por título La luz de mi noviembre y recoge sus poemas desde 2008 a 2012. Daniel Chiprian es alumno del IES Besaya de Torrelavega desde el curso 2004-2005. Nació en Sibiu (Rumanía) en 1991 y, ya desde muy joven en su país, antes de venir a España, estaba interesado en la poesía. Fue la impronta del maestro del Romanticismo rumano, Mihai Eminescu, la que prendió en él para llegar al poeta fecundo, lleno de razón y pleno de palabra que hoy tenemos ante nosotros. Cuando llegó no hablaba nada de español, y como decían sus profesores de Lengua Castellana de entonces, Dª Carmen Gómez Espí, directora del Centro en aquellos años, y D. Ángel Palacio Muriedas, “Daniel tenía tanto que decir que las palabras se atropellaban para salir de su boca”, pero fue aprendiendo español gracias a su entorno y a sus profesores, y hoy “aquel muchacho rumano, pecoso, travieso y lleno de vitalidad” se ha convertido en un poeta de la tierra gracias a las lecturas de poetas tan cercanos como Miguel Hernández, Gustavo Adolfo Bécquer, Pablo Neruda, Ángel González y uno de los que más le ha influido, el poeta asturiano Aurelio González Ovies, al que Daniel conoció personalmente ya que estuvo en el IES celebrando con nosotros la semana del Día del Libro durante el curso 2008/2009.

Luz, Daniel, Alejandro, Ángel  Palacio Muriedas y Baldomero Maza


Este acto supuso un reencuentro de Daniel con la poesía cercana y del poeta asturiano con un poeta rumano en ciernes que hoy es todo un poeta. Quienes fuimos los organizadores de aquel acto en abril de 2009, miembros del Equipo de Biblioteca (del Departamento de Lengua Castellana y Literatura, de Griego y de Francés) seguimos empeñados hoy en día en la animación y fomento de la lectura de los alumnos del Centro y somos quienes seguimos formando este equipo.

Como ocurrió hace un tiempo cuando presentamos el primer poemario de Daniel, estuvimos arropándolo todos aquellos que nos interesamos por él y por su obra desde que llegó al IES Besaya sin saber hablar ni una sola palabra de español: su primer profesor de Lengua Castellana y Literatura en el IES, D. Ángel Palacio Muriedas, verdadero anclaje de los primeros conocimientos de Daniel; D. Baldomero Maza Aja, el profesor de Religión, cura-párroco de Suances, uno de los grandes apoyos de Daniel en el instituto y el primero en decirle que juntara todos sus poemas en un libro para que todos pudieran conocer su obra; uno de los profesores del Departamento de Lengua Castellana y Literatura y amigo personal de Daniel, D. Alejandro Fernández González, compilador y maquetador de su poemario; además de varios de sus compañeros de clase del Ciclo Superior de Integración del Centro, algunos de los cuales participaron en dicha presentación.

La actividad estaba dedicada a los alumnos de Bachillerato dentro de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura, y a ella acudieron otros profesores del IES y el Grupo de Biblioteca, verdadero motor cultural del Centro. Todos echamos de menos a quien fue la descubridora de la poesía en la vida de Daniel: su profesora de Lengua Castellana y Literatura de Bachillerato y directora del IES Besaya durante muchos años, Dª Carmen Gómez Espí, a quien, por razones personales, le fue imposible acompañarnos. Para ella nuestro recuerdo más cariñoso por abrir el alma de Daniel y anegarlo de poesía.

Daniel firmando "La luz de mi noviembre"

Nuestro poeta quiere dar las gracias a todos los que estuvieron con él en el acto de presentación de su poemario: miembros del Equipo Directivo del Centro, miembros del AMPA, compañeros de su clase, profesores y alumnos del IES, y especialmente a Elena Suárez, la que fue su profesora de Griego, a la que dedicó un poema especial por su desinteresada ayuda; a Carmen Gómez Espí, su profesora de Lengua Castellana y Literatura durante varios años y quien le descubrió “el himno gigante y extraño” que supuso para él el descubrimiento de LA POESÍA; Baldomero Maza, el primero en proponerle que escribiera todos sus poemas y los reuniera en un poemario; a Ángel Palacio Muriedas, su primer profesor de Lengua Española y con quien lo une ahora un espíritu común; a Gonzalo Temprano, que fuera su profesor de Inglés y ahora amigo en tareas musicales que dieron como fruto el grupo Vox Mundi, del que Daniel es teclista; a su amigo Alejandro Fernández, profesor de Lengua Española que le descubrió al poeta asturiano Aurelio González Ovies, y a todos los que también forman parte del Equipo de Biblioteca del IES Besaya, donde Daniel ha pasado muchas horas leyendo a los poetas que han sido sus “guías” en este camino que es la vida.

Daniel, desde el IES Besaya queremos felicitarte por tu interés y tu esfuerzo. Este es el segundo poemario que sale a la luz, “esa luz tan breve” que diría el poeta asturiano, y ojalá sea el segundo de muchos libros y muchos actos que puedas escribir y presentar con nosotros, que somos tu segunda casa.

Al término de la presentación del poemario






Mi tierra


 Mi tierra

Yo vengo de una tierra
donde nunca ha existido
el abandono, y quisiera
contaros que nunca he conocido
las malas noticias y que
la orilla del río jamás
ha envejecido, jamás.
Quisiera contaros que nada era
mentira de lo que os contaron
y que vuestras cenizas
no serán sopladas por el viento.
Quiero contaros que las brasas
nunca han existido en mi tierra
y que la niebla de las mañanas
siempre me contaba algo.
Quisiera contaros muchas cosas
como que el infinito estaba
al alcance de mis manos.
Pero me despertó el mundo
frío que habían creado
los abandonos de nuestras promesas. 
Por eso, a veces creo que
he de marcharme para poder sentir
de nuevo aquellas mañanas,
el beso y la esperanza.
Déjame ser

Cuantas veces busque la manera
de explicarte y decirte que no soy
nada parecido al mundo de ahí fuera...

que no soy más que una leve caricia
que baja despacio por tu incomprensible alegría
que podemos ser y avanzar en nuestra
propia ignorancia creyendo estar acompañados
por algún ser extraño....

y tantas veces busque la manera de decirte
y explicarte que no soy más
que un beso que anida en los brazos
de la noche más cercana...

Déjame.... déjame ser prisionero de tu calma
tan desnuda como la propia luna...

Déjame... ser prisionero de tu alegría
de tu ser..
de tu alma...
de tu todo...
pero déjame ser prisionero de ti
Tan solo de tu ser
Tan solo de ti...



(C) Daniel Chiprian
Voz: María García Esperón
Música: Chris Spheeris
MMXI
No quisiera volver....

¡No quisiera volver jamás por aquel
instante que pasó mi alma silenciosa!
Aquel instante que me devolvió
a la locura de existir y ser
algo, tan solo algo... frágil...

Algo como la brisa de pensar
desvelos al lado de algún faro
que se encuentra hacia la ciudad
de algún pueblo...
y tal vez en la misma noche
en que solíamos llegar tarde....

No quisiera volver jamás por
aquel septiembre tan lejano
que aún permanece tan dentro
de mi cuerpo inmóvil,
No quisiera volver, jamás por
aquel maldito olvido...

Aunque a pesar de todo y a pesar
de haberme herido algún nombre...
Hoy podría ser faro...
Tan solo faro...





Cuando aún la vida

Cuando aún la vida parecia sumergirme
hacia la oscura inquietud de las cosas
que quiebran mi razón.
Cuando todo parecía una gran tormenta
con destino a la soledad más inmunda
y al fracaso seguro.
Cuando ya nada volvía a su normalidad
y nadie levantaba la vista para apreciar
la luz que nacía de la locura de existir apenas
algún Noviembre.
Cuando... y casi siempre... cuando...
Cuando la vida me devuelva día a día
aquella ilusión robada por la crueldad pavorosa
de la mente humana, cuando la vida me devuelva
la esperanza de vivir apenas un momento,
sabré que habréis vuelto para encontrar
refugio en algún sediento sendero.


(C) Daniel Chiprian
Voz: María García Esperón
Música: Nightnoise
MMXI